Trataré de apoyarme en tres observaciones de las escrituras:
1. Dios es feliz porque se deleita en sí mismo.
2. Dios es feliz porque es soberano.
3. La felicidad de Dios es el fundamento para el Cristiano porque se derrama en misericordia para con nosotros.
1) Dios es feliz porque se deleita en sí mismo.
Dios sería injusto si valorara cualquier cosa más que aquello que es supremamente valioso. Y él es supremamente valioso. Si él no se deleitara infinitamente en su propia gloria sería injusto, porque es correcto deleitarse en una persona en proporción a la excelencia de su gloria. Las escrituras están saturadas con textos que muestran cómo Dios determinadamente actúa por amor a su propia gloria. “Por amor mío, por amor mío, lo haré, porque ¿cómo podría ser profanado mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro.” (Isa 48:11) Lo mismo aparece cuando ponderamos la relación de Dios Padre con Dios Hijo. Existe un misterio aquí, que va más allá de todo entendimiento humano. Y admito que nuestros esfuerzos teológicos para describir el auto-conocimiento de Dios y su relación con la Trinidad, vienen a ser como el balbuceo de unPequeñuelo hacia su padre. Pero aun de la boca de los bebés puede salir sabiduría si seguimos las Escrituras. Las Escrituras enseñan que Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios (Juan 1:1). Y en Hebreos 1:3 dice que “El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza”. 2 Corintios 4:4 habla de la gloria de Cristo el cual es la imagen de Dios. De estos pasajes aprendemos que desde la eternidad Dios el Padre contempló la imagen de su propia gloria perfectamente representada en la persona de su Hijo. Por lo tanto, una de las mejores maneras de pensar acerca de la inmensa felicidad en su propia gloria es pensar en ella como el deleite que tiene en su Hijo quien es la imagen de esa gloria. Cuando Jesús entró al mundo Dios el Padre dijo, “este es mi hijo amado en quien tengo complacencia” (Mat. 3:17). Cuando Dios Padre contempla la gloria de su propia esencia en la persona de su Hijo, él es infinitamente feliz. “He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace.” (Isa 42:1) Así que la primera observación es que Dios es feliz porque se deleita en sí mismo, especialmente al reflejar su naturaleza en su Hijo amado.
2) Dios es feliz porque es soberano.
Salmo 115:3 dice, “Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place.” (Sal 115:3) Lo que este versículo implica es que la soberanía de Dios es el derecho y poder que él tiene para hacer lo que le place, él siempre actúa para preservar su felicidad máxima. Dios es feliz porque sus hechos justos, los cuales son siempre hechos por amor a su propia gloria, nunca pueden ser frustrados fuera de su voluntad. Isaías 43:13, “Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?” Isaías 46:10 “Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré.” Daniel 4:35, “El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: ‘¿Qué has hecho?’” Podemos estar seguros entonces, que Dios es inmensamente feliz porque él tiene derecho y poder absoluto como Creador para superar cualquier obstáculo de su gozo. Vale la pena preguntar aquí, haciendo un paréntesis ¿cómo puede Dios ser feliz cuando el mundo está repleto de sufrimiento y maldad? Es una pregunta inmensa y difícil. Dos cosas me ayudan. Una es que no ayuda mucho tratar de preservar la reputación de Dios diciendo que él realmente no tiene control de todo. he aprendido en Jesucristo que Dios es bueno. La solución Bíblica para el problema de la maldad no es robarle la soberanía a Dios.La otra observación que me ayuda con esta pregunta es que la actitud de Dios hacia los eventos trágicos depende del foco de la lente. Dios no se deleita en el dolor y la maldad considerados como tales. Cuando su lente es estrecho y se enfoca sólo en eso, él puede sentirse lleno de aborrecimiento y dolor. Pero cuando él abre su lente para alcanzar todas las conexiones y los efectos de un evento, aun hasta la eternidad, el evento forma parte de un patrón o mosaico en el que él se deleita, y el cual es su voluntad.Por ejemplo, la muerte de Cristo fue obra de Dios Padre. “y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido…Pero quiso el SEÑOR quebrantarle, sometiéndole a padecimiento.” (Isa 53:4,10)” Aun así, mientras Dios Padre veía la agonía de su amado Hijo y la iniquidad que lo llevó a la cruz, él no se deleitaba en esas cosas en sí mismas. El pecado mismo y el sufrimiento del inocente son aborreciblesPara Dios. Pero según Hebreos 2:10, Dios Padre consideró conveniente perfeccionar por aflicciones al autor de nuestra salvación. Dios quiso que sucediera lo que era aborrecible al mirar por el lente estrecho, porque al mirar por el lente ancho de la eternidad resultaba ser una forma conveniente de demostrar su justicia (Rom 3:25f) y llevar a su pueblo a la gloria (Heb. 2:10). Cuando Dios en su omnisciencia inspecciona la extensión de la historia redentora de principio a fin, él se goza en lo que ve. Por lo que concluyo que nada en todo el mundo puede frustrar la felicidad de Dios. Él se deleita infinitamente en su propia gloria; y en su soberanía hace lo que le place.
3) Lo cual nos lleva a la observación final: La felicidad es el fundamento del real Cristiano porqueSu felicidad se derrama en misericordia para con nosotros. ¿Puedes imaginarte cómo sería si el Dios que Gobierna el mundo no fuese feliz? ¿Qué tal si Dios fuese dado a la queja y al mal humor y a la depresión como si fuera Juan y el gigante de las habichuelas mágicas en el cielo? ¿Qué tal si Dios fuera melancólico, desanimado, sombrío, deplorable, descontento, afligido y frustrado? ¿Podríamos unirnos a David y decir como dijo cuando estaba en el desierto de Judá? “OH Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.” (Sal 63:1) ¡De ninguna manera! Nos relacionaríamos con Dios como los niños pequeños lo hacen con un papá desanimado, sombrío, descontento y frustrado. No lo pueden disfrutar. Sólo pueden tratar de evitarlo y quizás tratar de comportarse para hacerlo sentir mejor. Por lo tanto, la base del real Cristiano es que Dios es infinitamente feliz, porque el objetivo del real Cristiano es ser feliz en Dios, deleitarse en Dios, apreciar y disfrutar la comunión con Dios. Pero los niños no pueden disfrutar la compañía de su padre si este es sombrío, frustrado y triste. Por lo que la base y el fundamento del real Cristiano es que Dios es el ser más feliz de todos.Otra forma de decirlo sería ésta. Para que un pecador pueda buscar gozo en Dios, debe estar seguro de que Dios no lo despreciará cuando venga buscando perdón y comunión. ¿Cómo podemos ser alentados a que Dios nos tratará con misericordia cuando nos arrepintamos de nuestro pecado y vayamos a buscar gozo en él? Considera el estímulo que hayamos en Jeremías 9:24, “yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” Dios muestra misericordia porque se deleita en ella. Dios no está forzado a salvar por cierto principio o regla formal. Él está tan lleno de vida y gozo en su propia gloria que el clímax de su placer es derramar su misericordia sobre nosotros. La base de nuestra confianza en la misericordia de Dios es que él es un real Cristiano perfecto. Dios se deleita por encima de todas las cosas en su divina excelencia, y su felicidad es tan completa que se expresa en el placer que tiene en compartirla con otros.Escucha el latido del Dios celestial perfecto en Jeremías 32:40-41. ¿Por qué hace Dios el bien? ¿Cómo procura amarte? Escucha: Haré con ellos un pacto eterno, por el que no me apartaré de ellos, para hacerles bien, e infundiré mi temor en sus corazones para que no se aparten de mí. Me regocijaré en ellos haciéndoles bien, y ciertamente los plantaré en esta tierra, con todo mi corazón y con toda mi alma.¡Dios te hace el bien porque lo disfruta mucho! Él se esfuerza en amarte con todo su corazón y con toda su alma. La felicidad de Dios que se derrama en amor gozoso, es el fundamento y el ejemplo del real Cristiano.
Cierro esto con una invitación. Estas preciosas y asombrosas promesas del favor de Dios no le pertenecen a todos. Existe una condición. No es una condición de obras o pago.
Un Dios infinitamente soberano no necesita de tus obras y es dueño de todos los recursos. La condición es que te conviertas en unreal y verdadero cristiano, que dejes de tratar de pagar o trabajar para él o huir de él, y en vez de eso comiences a buscar con todo tu corazón el incomparable gozo de la comunión con el Dios vivo.
“No se deleita en la fuerza del caballo,Ni se complace en las piernas ágiles del hombre.El Señor favorece a los que le temen,A los que esperan en su misericordia”.Salmos 147:10-11
La condición para heredar todas las promesas de Dios es que todas las esperanzas de felicidad que has puesto en ti mismo, en tu familia, en tu trabajo y en tu descanso, las transfieras a él.
“Pon tu delicia en el SEÑOR, y El te dará las peticiones de tu corazón.” (Sal 37:4)
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